en la calle polvoriente
detras de hierro en escombros
y de aluminio caliente.
los entiendo y son tan pobres
como el corazon de un mago
que entre relajo y relajo
engañan a todo mundo.
¿realmente desatan nudos?
¿realmente dicen, te quiero?
no digo que no, ni creo
tampoco en sus actos sucios.
lo que si creo y respondo
es en los pobres del alma
en la miseria inhumana
en la mirada del hambre
en tantos hijos de nadie
y en la cama que ellos duermen.
lamentablemente entienden que el mundo los ha dejado.
¿que los hemos ignorado?
realmente estan en lo cierto.
valeidoso y sin afecto
los hemos dejado a un lado.
sepultando un pensamiento
alguna palabra un gesto.
sepultando en cualquier parte
un capitulo inconcluso
y creyendo que un intruso
es cualquier gente al pasar.
mas no se puede olvidar
que todos no son iguales.
que el silencio te hace daño
si solo sabes callar
las verdades que te oculta la calle infernal.
la verdad, es una sola
y ellos la conocen bien.
tratemos pues de coger
por algun lado el asunto.
y gritemos todos juntos
-los pobres, viven tambien-.
Adan Joel Diaz Camacho